lunes, 5 de julio de 2010

La manta no es mi sueño

La Asociación Sin Papeles de Madrid, formada por inmigrantes ha posibilitado la creación de un grupo de teatro llamado: La Inestable Compañía Kourel Africana, que el pasado 28 de junio estrenaron la obra de teatro "La manta no es mi sueño", dirigida por la actriz Nathalie Seseña. En la obra -que os traigo completa- narran en primera persona las peripecias de la travesía en cayuco, el recibimiento en nuestras costas, el medio de subsistencia, las persecuciones que sufren desde todos los ámbitos, las detenciones (de ahí que en su denominación aparezca la palabra "inestable")... en definitiva, la obra refleja su vida diaria como manteros.
"La manta no es mi sueño" tiene -entre otras- la finalidad de reivindicar el derecho a una vida digna. Denunciar los abusos a los que se ven sometidos para lograr esa dignidad. Y fundamentalmente, acercar sus vidas a las personas que los toman por invisibles, dar vida a estatuas de ébano que no son menos personas que cualquiera de nosotros. Éstos son sus nombres: Omar, Djembe, Mame, Moustapha, Bassirou, Bada, Abdoulay, Alioune y Max

Para quienes no vivimos en Madrid y no pudimos ver la representación en vivo, aquí la trae el loco.

3 comentarios:

  1. Aquí y ahora tienen nombre y apellidos...

    Esto no es lo mismo que ver los cayucos almacenados en la escombreza con zapatos vacíos de sueños perdidos y sin nombres, y en los nichos simplemente sos rayas...

    Hay que reconocer que es muy duro, pero mientras se degustan yogures... y otras viandas de este siglo lo demás carece de importancia.

    ¿Y yo me pregunto que este paso hasta cuando?
    Puesto que todos somos igual y se les cierra el paso a los sueños de una vida un poco más digna...

    Un abrazo de rosas aquellas que nunca tendran los ausentes.

    Marí

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  2. Es una realidad muy dura y cuando le ponemos nombres y caras aún más.
    Un abrazo

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  3. Te dejo aquí el comentario, no sé por qué, pero en el Atrio no me deja publicarlo...

    Decía que con esta entrada me has traído dos recuerdos para mí muy especiales.

    Uno, cuando preparábamos "Espectáculo Cátaro": los ensayos, y después del ensayo, ir a tomar algo (algún que otro bailecito) y la charla que se prolongaba hasta altas horas.

    En segundo lugar, mi estancia en la "Ciudad de los Niños", donde tuve la suerte de estar y compartir un par de veranos. Allí llegaban los menores procedentes de pateras, o que habían llegado en los bajos de un camión o camuflados en no sé qué zonas de un barco... Cómo poco a poco sus miradas asustadizas, temerosas, y desconfiadas, se iban transformando hasta conseguir que brotara poco a poco la sonrisa.

    Saludos

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